Hubo un momento raro de mi vida donde las cosas eran más
fácil que la adolescencia, era un momento raro porque pensaba que todo lo que
podía hacer era decir que si a todo, siempre y cuando fuera consecuente con mis
principios…bueno pensándolo bien esto no llega a ser muy distinto ahora, creo que lo mejor es que ahora además
de aprender a decir que si , aprendí a decir que no dije que si a ese
beso de tu espalda media encorvada y
perdida en las ojeras de tus ojos
Ahora siento un ridículo peso en mi pecho como si algo
estuviera cargando o lo que es
peor aún como si algo se
estuviera yendo de mi
Como tomando el tren de las siete y treinta, como película de los 40’s cuando Dick Tracy era el
mejor galán de la galaxia que se rendía
a tus pies con un pañuelo, que fácil y tontos éramos, eres mi Dick Tracy ese
que se va misteriosamente con un
abrigo el gorro y el último beso en la
estación, la fumarola del tren suena por
primera vez avisando que aquellos de
primera clases ya están autorizados a subirse … la despedida patética con lágrimas
y esperando de que de verdad ellos se vuelvan a encontrar me hace mirar la escena con objetividad. ¡Qué estupidez es esta! ellos jamás
volverán a verse… y así como esa
despedida era; tu pedazo de bobo, tonto y torpe bobo. ¿Qué esperas? ¿que tu copa de gin con gin sea mejor que yo? estúpido y
torpe bobo, apegado a la copa como si la amaras más que yo. No perdón, tu a mí
no me ama; yo no era más una parte para
saciar tu estúpida sed del estúpido ser que eres. Pequeño mortal que juega a
ser Mumra o algo parecido, yo no tengo
la figura de un vaso tengo la figura de un reloj de tiempo, un poco perdido entre esos estúpidos
ojos hundidos, estúpido ser, que piensas
que con tus pasos agigantados puedes avanzar más rápido cuando solo estas estancado.
Pequeño mortal jugando con su vaso, jugando
conmigo, cuando sabes que soy la enamorada despidiéndose arriba del tren, con
la fumarola que llega más arriba que
alguna nube de algún montón de
estrellas, las que mirabas en el cielo
estupefacto pequeño estúpido, y yo pequeña estúpida, pequeña mortal que sabe
que es inmortal … pequeña enamorada de
los terminales, de las estaciones, del tren y de los años de antaño, de esos
del gran cine, de esos de Dick Tracy…
dame un beso que me dure hasta el
lunes o hasta que pueda bajarme de este
estúpido tren donde el estúpido me besó y su beso no me duró ni hasta la séptima estación …
Llévame
tomada de la mano por favor
que ya no quiero caminar sola, y por estúpida te pido tu mano cuando se bien
que la tiene ocupada con tu vaso de birra, la que siempre gana y yo soy
universidad católica ofreciéndote mis
bragas. Es una pela que no puedo ganar, eres el fantasma de Dick Tracy y yo soy
solo la que alguna vez creíste princesa,
y después te fuiste con la que querías hacer Catedral, y ahora me pregunto ¿por qué la dejaste? Por la birra quizás, ella sabía que no podía
ganar …
pero bueno me buscaste entre la
gente para fumar el ultimo cigarrillo de en la estación, te entregué el pañuelo
para que después me dejaras en paz, arriba de este estúpido tren, añorando esos
estúpidos ojos hundidos, que está por sobre de esas estúpidas ojeras que aún me hacen sentir las manos y tu
respiración en mi espalda de antaño … Anda y sube de una vez al tren estúpido y
hermoso inmortal y rescátame de la
imposible historia que alguna vez le gane al estúpido
vaso que tienen entre las manos …
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